La Sierra de Albarracín, es una comarca aragonesa situada en la parte Oeste de la provincia de Teruel, y cuya capital es el precioso pueblo de Albarracín. Su característica principal es que se encuentra ubicada en una de las zonas más altas del Sistema Ibérico, donde nacen algunos de los ríos más importantes de la Península Ibérica (como el Tajo), y que esconde hermosos paisajes culturales surgidos de una difícil orografía, que se articulan en torno a un variado conjunto de barrancos, cañones, peñas, valles y extensos bosques de coníferas, sabinares y encinares.

BRONCHALES

Situado a 1569 m. sobre el nivel del mar y rodeado por uno de los pinares más densos de la Península Ibérica (uno de los mejores conservados del país), se pueden encontrar en su término gran cantidad de fuentes naturales, con aguas de recocida calidad (fuentes del Canto, Chorillo, Colmena, la Sima, Tío Peluso, Manzano, Pilar, etc.).

La pequeña localidad es además, un enclave importante para los aficionados al senderismo y actividades de Naturaleza, ya que es inicio de algunas rutas o bien lugar de paso para otras, como el Camino del Cid (se dice que pasó por Albarracín, pero que durmió en Bronchales). Su mayor atractivo se encuentra en sus alrededores, sobre todo en los pinares del Puerto, una vasta extensión de pino con unos paisajes muy bonitos. Es también un lugar de interés para los aficionados a las setas, y donde los platos típicos son las sopas de ajo, los asados, las migas, los platos de caza, y como no el jamón de Teruel.

ALBARRACÍN

Situada a más de 1170 metros de altitud, y construida sobre unas rocas junto al río Guadalaviar, sus fundadores aprovecharon la estratégica situación para alzarla como importante emplazamiento defensivo con murallas y lugares fortificados.

A lo largo de la población y recorriendo sinuosas callejuelas, nos encontraremos con numerosos palacios, viejos hoteles, y edificios renacentistas como el caserón de Brigadiera. Pero lo que más llama la atención son las balconadas de madera, en forma de palco sobre las fachadas de blanco o de colores (renovadas en yeso rojizo). En la Plaza Mayor, se encuentra la Casa Consistorial con sus porticos imponentes, y muy cerca el Palacio Episcopal y la Catedral del Salvador.

También destaca su castillo, sus murallas del siglo XIV y las torres del Andador y de Doña Blanca. Una de las casas ilustres que también debemos de visitar es la casa de Julianeta, una casa de construcción popular con sorprendentes irregularidades constructivas y que es símbolo de la población.