Ruta por la Bretaña.
Comenzamos nuestra ruta por la capital de la Bretaña, Rennes. El barrio medieval de Rennes fue destruido en un incendio en 1720, pero fue reconstruido con elegantes edificios señoriales, donde aun se pueden ver casas de entramado de madera en las plazas Des Lices y Ste. Anne, y en las calles Saint Georges, de la Psalette y del Chapitre.
Siguiendo nuestro camino hacia el mar, nos detendremos en una primera parada en la ciudad de Dinan. Situada en un punto estratégico en el fondo del estuario del río Rance, la ciudad está rodeada de murallas, que encierran un núcleo urbano de empinadas calles adoquinadas con casas de entramado de madera.
Ya en la costa, en la desembocadura del río Rance, Saint Malo es un importante puerto de comercio, pesca, recreo y de viajeros. La ciudad intramuros es una maravillosa fortaleza cuyos edificios de piedra se extienden en torno a la catedral de St. Vincent. Justo en frente en la otra parte de la desembocadura se encuentra Dinard. Famosa por sus balnearios de renombre, la localidad nos ofrece playas, calas y unas magnificas vistas al río.
Siguiendo la costa hacia el oeste (Costa Esmeralda), podemos detenernos en el cabo Frehel, donde obtendremos unas bonitas vistas desde sus espectaculares acantilados. Después de la costa Esmeralda, llega la Costa de Granito Rosa, donde la erosión ha creado formas de rocas rosadas en este lugar. Aquí podemos detenernos en Roscoff, comunicado vía marítima con Cork (Irlanda), recomendamos un paseo por el puerto y por el corazón histórico de la ciudad.
Hacia el oeste, la ruta finaliza en Brest, cuya vida gira en torno al mar con su puerto marítimo y militar. Destruida casi en su totalidad en la 2ª Guerra mundial, sus bases submarinas alemanas se han recuperado para instalar la base francesa de submarinos nucleares, uno de los lugares más seguros y misteriosos del mundo.
Por último y si disponemos de tiempo, desde Rennes o Dinan, podemos visitar el castillo medieval de Josselin, Vitré y Fougères donde parece que se detenga el tiempo, las hileras de menhires en Carnac (uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de Europa), y por supuesto tomar un ferry hasta la Belle-île (desde el puerto de Quiberon).
¿Como llegar desde España a Rennes?
Las mejores opciones para llegar en tren hasta Rennes desde España son las siguientes:
- Trenhotel Barcelona-França - Paris-Austerlitz, y TGV Paris Montparnasse - Rennes.
- Trenhotel Madrid-Chamartin - Paris-Austerlitz, y TGV Paris Montparnasse - Rennes.
- TGV desde Figueras hasta Paris-Lyon y TGV Paris Montparnasse - Rennes.
- Tren Arco/Alvia/Avant hasta Hendaya, TGV Hendaye - Paris-Montparnasse y desde esta estación TGV hasta Rennes.
Detalles de la ruta en tren (autobús) por la Bretaña.
Lugares a visitar en la ruta por la Bretaña francesa.
Rennes
Rennes es una ciudad de Francia, capital de la región de Bretaña y capital del departamento Ille y Vilaine. El barrio medieval de Rennes fue destruido en un incendio en 1720, pero fue reconstruido con elegantes edificios señoriales, donde aun se pueden ver casas de entramado de madera en las plazas Des Lices y Ste. Anne, y en las calles Saint Georges, de la Psalette y del Chapitre. Además de estas calles, Rennes tiene la particularidad de tener dos plazas mayores del siglo XVIII: la plaza del Ayuntamiento, donde se encuentra también la ópera de Rennes, y la plaza del Parlamento de Bretaña. Por último, si lo que buscamos es tranquilidad, podemos visitar el Parque Thabor, el cual se compone de un jardín a la francesa, otro a la inglesa, y un nutrido jardín botánico.
Dinan
Una de las ciudades medievales más bonitas de la Bretaña, está situada en un punto estratégico en el fondo del estuario del río Rance, rodeada de murallas y con un núcleo urbano de empinadas calles adoquinadas con casas de entramado de madera construidas entre los siglos XV y XIII por los comerciantes de la ciudad. Destacamos en esta ciudad la Basílica de St-Sauveur, un edificio de multitud de estilos arquitectónicos que data del siglo XIII y el castillo, donde se celebra uno de los festivales más importantes de Europa, y donde se organizan torneos entre caballeros reproduciendo los antiguos mercados medievales y las luchas con los ingleses.
Saint Malo
Situada en el departamento de Ille y Vilaine (Bretaña), y cuna de grandes navegantes y conquistadores (Jacques Cartier), su ciudad intramuros (La Ville Intra-Muros) es una autentica maravilla. Construida en una isla, se puede entrar a esta ciudadela por una de las seis puertas abiertas entre sus murallas. Muy dañada en la 2ª Guerra Mundial, los elegantes edificios de piedra del siglo XVIII fueron reconstruidos en su estilo inicial, y donde pasear por sus calles es pasear por la historia, ya que parece no haber pasado el tiempo para magnifica ciudad. El paseo por sus murallas además permite caminar asomados al océano, donde se obtiene una inmejorable vista de la pequeña isla de Grand Bé, y de la costa Esmeralda. No debemos perdernos el castillo de la localidad y la catedral de Saint Vincent.
Desde este puerto existen conexiones marítimas con las islas inglesas de Guernsey y Jersey en el Canal de la Mancha, y con los puertos ingleses de Plymouth, Poole, Portsmouth y Weymouth.
Dinard
Situada en la Costa Esmeralda, a la otra parte de la desembocadura del Rance frente a Saint Malo, es un destino por excelencia como ciudad balneario sobre todo para los ingleses. En esta localidad se puede disfrutar de la brisa del mar y de los encantos de la costa. En las cercanías de la ciudad cerca de Saint-Malo, se encuentra la central maremotriz de Rance, una auténtica proeza tecnológica de los años 1960 que permite el aprovechamiento de la energía maremotriz, a la vez que constituye un importante destino del turismo en la zona.
Cabo Fréhel
Con un acantilado que domina el mar de cerca de 70 metros, el cabo Fréhel es uno de los lugares más impresionantes de Bretaña. En el mismo cabo está situado el faro (phare du cap Fréhel) de 33m de alto, que sumado a la altura de los acantilados, domina el océano azul que parece infinito. También muy cerca, se encuentra el fuerte Latte que dispone de una vista extraordinaria sobre el Canal de la Mancha y sobre la Costa de Esmeralda (antiguamente los acantilados que rodean el castillo y sus alrededores, lo protegían de toda invasión por el mar).
Para llegar al cabo Frehel, hay que apearse en las estación más cercana del TGV Paris-Brest que en este caso es la estación de Lamballe a 36 kilómetros (también podríamos parar en Saint Brieuc, aunque esta “gare”está un poco más alejada) y tomar un taxi.
Roscoff
Roscoff es un atractivo puerto de pescadores, situado en la costa Noroeste de Bretaña, y es conocido principalmente por su comunicación marítima con Plymouth (Inglaterra) y Cork (Irlanda). Su viejo puerto respira un ambiente marítimo sobre todo por la calle Amiral Réveillère y la plaza Lacaze-Duthiers y su centro histórico se caracteriza por sus fachadas de granito de los siglos XVI y XVII, donde además está situada la catedral gótica de Notre Dame de Croaz Batz.
A unos 2 kilómetros de distancia se encuentra la isla de Batz. Esta islita fácilmente accesible en los ferries que van desde el viejo puerto de Roscoff, es una excelente excursión de un día para buscar tranquilidad. La costa está tachonada de bonitas playas de arena blanca, donde la calma reina en las del nordeste (a resguardo de las furiosas corrientes que azotan la punta occidental de la isla) (la de la “grava blanca” es la más famosa) y las playas del suroeste situadas junto al faro.