Comenzamos esta ruta por la Baja Normandía por la ciudad de Lisieux, capital del País de Auge. Si no queremos visitar lugares como el cementerio de Saint-Désir, que nos recuerdan a guerras y luchas sin sentido, podemos empezar nuestra ruta visitando el centro de Liseux o realizar una visita guiada por alguna destilería de la zona.

Continuaremos nuestra ruta hacia el mar, hasta la Costa Florida (Côte de Fleuri) y Honfleur. Honfleur es un pintoresco pueblecito en el estuario del Sena que antiguamente, fue refugio de piratas y pescadores, y en nuestros días un atractivo puerto que inspiró a pintores de la talla de Renoir.

Ya en la Côte de Fleuri podemos visitar numerosas localidades veraniegas con sus casas, hoteles y balnearios señoriales como la localidad de Deauville.

A continuación llegamos a la capital de la Baja Normandía, Caen, que fue destruida completamente en la 2ª Guerra Mundial, y en la cual sobrevivieron dos joyas arquitectónicas del arte románico normando: la Abadía de los Hombres y la Abadía de las Mujeres. También desde su antiguo castillo en el centro de la ciudad se obtienen unas vistas inmejorables.

Antes de llegar a la joya de toda Normandía y de Francia (Saint Michel), podemos desviarnos hasta Bayeux y Cherbourg. Bayeux se encuentra a pocos kilómetros de Caen, donde destaca su barrio medieval, la catedral románica del siglo XI y el famoso Tapiz de Bayeux, con escenas de la vida cotidiana medieval (en esta zona encontraremos también muchos recuerdos de la 2ª Guerra Mundial). En Cherbourg, podemos visitar su puerto, donde el Titanic hizo una de sus últimas paradas (recordar que desde este puerto existen conexiones marítimas con Inglaterra e Irlanda).

Y por fin la maravilla de Normandía: Le Mont Saint Michel. Sobre kilómetros de horizonte llano y arenoso (con la marea baja), se alza como un espejismo, la silueta de una inmensa roca coronada por una ciudadela y una abadía. Octava maravilla del mundo según la tradición, y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1979.

Lisieux

Capital del País de Auge, a pesar de los destrozos de la 2ª Guerra Mundial, conserva casas con entramados de madera así como numerosos lugares que dan testimonio de un pasado rico (destacamos su basílica del siglo XIX y su interesante catedral gótica). Su situación geográfica hace que sea el punto de partida ideal para descubrir la Baja Normandia con sus casas, su gastronomía y sus celebres manzanos (la manzana tiene un papel fundamental en la tradición y economia de Normandia. Fermentada la covierten en Sidra, destilada, da lugar al calvados y al pommeau). A lo largo del Pays d’Auge y otras zonas del interior abundan las destilerías que ofrecen visitas guiadas. También es muy interesante perderse por las aldeas de la zona, por la conocida rutal de la Sidra, por pueblos como Cambremer, Beuvron-en-Auge o Victot.

Honfleur

Pequeña población en la desembocadura del Sena, refugio de pintores y pescadores, y antiguamente de corsarios. Cuna de pintores en el siglo XIX de la talla de Boudin, Daubigny, Courbet, etc, actualmente el pueblo vive de la pesca y del turismo que viene a admirar las casas con fachadas pintadas de colores, y rematadas por tejados de pizarra. Además el puerto es una buena ocasión para probar el pescado y marisco de esta zona de Normandía. Este puerto no tiene estación ferroviaria, aunque podemos apearnos en las estaciones de Trouville-Deauville o de Le Havre. Desde ambas estaciones existen varias líneas de autobuses líneas 20 (Le Havre-Honfleur-Deauville-Caen), 50 ((Le Havre-Honfleur-Lisieux) y prestubus 39 ((Le Havre-Honfleur-Caen) para llegar hasta Honfleur. Ver información adicional de la ruta (abajo).

Côte de Fleurie (Deauville)

Esta Costa Florida, entre las desembocaduras del Sena y el Dives, se puso de moda en el siglo XIX cuando, inaugurado el ferrocarril, los parisinos descubrieron el encanto del mar. Podremos observar un conjunto de pueblos veraniegos repletos de chalets señoriales y lujosos hoteles y balnearios, donde destacan localidades como Deauville, Trouville, las playas de Houlgate o el puerto de Dives-sur-Mer.

Caen

Capital de la Baja Normandía, en el departamento de Calvados, fue destruida completamente en la 2ª Guerra Mundial, y en la cual sobrevivieron dos joyas arquitectónicas del arte románico normando: la Abadía de los Hombres (Abbaye-aux-Hommes) y la Abadía de las Mujeres (Abbaye-aux-Dames). Caen, además alberga el museo Memorial de la Paz, centrándose en las causas políticas y consecuencias de la 2ª Guerra Mundial y la Guerra Fría. También destacamos el Castillo Ducal de Guillermo el Conquistador, que alberga en su recinto varios museos y la iglesia de Saint-Georges que ha sido transformada en sala de exposiciones temporales. Desde este castillo medieval se obtienen unas vistas inmejorables de la ciudad.

Bayeux

Situada a 28 kilómetros al oeste de Caen, posee un hermoso barrio medieval donde destaca la catedral románica del siglo XI y un museo de la batalla de Normandía. Pero lo que ha hecho famosa esta localidad es el llamado Tapiz de Bayeux, un gran lienzo bordado, que relata mediante una sucesión de imágenes con inscripciones en latín, los hechos que precedieron a la conquista de Inglaterra por los normandos.

Cherbourg

Situada en la península de Cotentín, Cherbourg tiene el puerto artificial más grande de Europa. Esta ciudad marítima está dedicada completamente al mar, con su puerto deportivo, como sede de grandes eventos de vela y donde los buques más grandes del mundo atracan en la terminal de cruceros transatlánticos, una obra maestra del Art Deco. Además podemos visitar "La ciudad del Mar", una exposición repartida en dos áreas temáticas. La primera, dedicada al océano y sus tesoros, y la segunda centrada en el mundo de los submarinos, incluyendo una visita al primer submarino nuclear francés.

Le Mont Saint Michel

Situado sobre un promontorio rocoso en una isla del estuario del río Couesnon, y unida al continente por una carretera (en el pasado el camino existente era cubierto por las aguas cuando subía la marea), se levanta una pequeña ciudadela medieval que conserva el mismo aspecto que hace siglos, sobre la cual se alza una impresionante abadía donde conviven el románico y el gótico en perfecta armonía, y la cual debe su nombre al culto del arcángel Saint Michel (San Miguel).

Declarado monumento histórico en 1862, el Monte Saint-Michel figura desde 1979 en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En la declaración de la Unesco están incluidos también la bahía y el antiguo molino de Moidrey. Dicho molino, situado a unos kilómetros y ubicado en la parte superior de una colina, ofrece vistas panorámicas a la bahía de Mont Saint-Michel.