Ruta por Eslovenia: de Ljubljana a Pirano
Pequeño país con identidad propia (a pesar de su parecido, tiene poco en común con la Europa Central, y no se la puede situar dentro de la Europa de los Balcanes), donde su fuerza y carácter lo podríamos representar en los cuatro dragones que guardan las esquinas del puente Zmajski en Ljubljana. Además de la capital, Eslovenia es naturaleza pura, y un recorrido por la zona oeste, pasando por los Alpes Julianos y el lago Bled, descendiendo después hacia el Adriático es una de las mejores propuestas para viajar por el país.
Comenzamos nuestra ruta por la capital eslovena, Ljubljana. Su casco antiguo aun conserva el ambiente medieval sobre todo en los barrios de Krakovo y Trnovo. Es aconsejable ir en barco por el río Ljubljanica y pasear hasta el castillo de la ciudad.
Antes de seguir nuestra ruta hacia el Adriático, vale la pena desviarse hasta Bled y el Parque Nacional de Triglav. Bled es una localidad balnearia situada frente al lago del mismo nombre, donde en el medio del lago se alza la iglesia de la Asunción. A 30 kilómetros de Bled, en la localidad de Bohinj se halla el Parque Nacional de Triglav en los mismo Alpes Julianos, junto a la frontera italiana, donde destaca la cascada del río Savica.
Ya al sur de Ljubljana, llegamos al castillo de Predjama. Esta fortaleza medieval situada en la localidad de Postojna tiene largos pasadizos subterráneos que se adentran en la montaña.
Un poco más al sur, y en la misma autopista que desciende hasta l Adriático se hallan las cuevas de Skocjanske, cerca de la ciudad de Divaca. Desde 1986 son Patrimonio de la Humanidad, donde destacan las gigantescas salas de “la galería del silencio”, “la galería del Murmullo del río Reka” y “la gran Cueva Blanca”, esta última con más de 30 metros de altura.
Nuestra ruta acaba en la pequeña localidad de Pirano, pueblo que conserva parte de los edificios construidos bajo el dominio veneciano.