Ruta por la Costa Dalmata
Situada en Croacia, antiguo territorio veneciano y como un mirador sobre el Adriático, Dalmacia es una de las regiones más interesantes del país, donde pueblos medievales se abren a un mar decorado con verdaderas joyas de islas y abruptas formaciones rocosas.
Empezamos nuestra ruta por la famosa Perla del Adriático: Dubrovnik. Capital del condado Dubrovnik-Neretva y declarada Patrimonio de la Humanidad en 1979, es una ciudad rodeada de murallas y fortificaciones, a pie de la montaña de San Sergio, que cae abruptamente sobre las aguas del Adriático.
Desde Dobrovnik, podemos tomar un ferry hasta la bonita isla de Korčula, con sus casas señoriales y su catedral, y donde se cree que nació Marco Polo (en aquellos tiempos la isla pertenecía a Venecia).
Tomamos otro ferry con destino a la isla de Hvar, que seduce al visitante por el color rojizo de sus rocas, y por el olor mediterráneo a lavanda y pino. Al igual que muchas localidades de la zona, la capital del mismo nombre Hvar combina palacios de estilo veneciano con un paseo marítimo con palmeras.
Desde Hvar, llegamos hasta Split, otra joya con su Palacio Diocleciano, donde las obras medievales se mezclan con construcciones romanas, góticas y barrocas, y donde aun se conservan tramos de murallas, como la que se levanta sobre el puerto.
Muy cerca de Split se encuentra Trogir y Sibenik. La ciudad medieval de Trogir, declarada Patrimonio de la Humanidad, y situada en una pequeña isla rodeada por un canal, presenta multitud de callejuelas por donde sobresalen los campanarios de las iglesias y catedral de estilo veneciano. Sibenik, situada sobre una ladera, su casco antiguo presenta igualmente callejuelas y escaleras que desembocan en su peculiar catedral gótica y renacentista.
Para finalizar nuestra ruta, llegamos a la ciudad de Zadar. Esta ciudad medieval, que también conserva parte de sus murallas, destaca por su plaza veneciana (plaza de los Señores) presidida por el Ayuntamiento, y la iglesia de San Simeón y el museo de Arte Sacro.